Los científicos estadounidenses Rashida A. Bottar y la Dra. Mikovits, entre otros, descubrieron que el COVID -19 se creó mezclando una secuencia del coronavirus –la SHC, componente de un antígeno superficial- con el SARS, y la mezcla fue enriquecida con VIH y ortólogos (genes que surgieron de una secuencia ancestral de un ADN común y después divergieron en un evento de especiación)- En pocas palabras, el COVID-19 no tendría su origen en una zoonosis, sino en una alteración humana.
Debido al enorme riesgo de esta clase de investigaciones, científicos especializados en este campo aconsejaron paralizarlas. En 2.014 la Administración de EE.UU. aprobó la moratoria.
A partir de ese momento, una persona con nombre propio, Anthony Fauci, Director del Instituto Nacional de la Salud para Enfermedades Infecciosas, adquiriría especial protagonismo.
En 2.015, Fauci aprobó, bajó la categoría de fondos reservados, un presupuesto de 3,7 mill. de dólares para continuar esta investigación quimérica, prohibida legalmente en EE.UU., en la ciudad de Wuhan, China, con la colaboración de las universidades de Carolina del Norte y Harvard.
En 2.017, en la Universidad de Georgetown, el propio Fauci hizo una sorprendente premonición: la actual presidencia de EE.UU. –refiriéndose a Donald Trump- tendrá que afrontar una pandemia.
¿Cómo podía saber en 2.017 algo que sucedería en 2.018, 2.019 o 2.020?, se interroga el Dr. Rashid, quien, a través de esta pregunta, se adivina una denuncia a todos los visionarios que dejan boquiabierta a su audiencia, como el propio Bill Gates; todos ellos tocados, al parecer, por la vara de Dios todopoderoso.
Para Rashid, independientemente de cómo apareciera este virus en el mundo, el sistema de EE.UU. estuvo relacionado.
Es decir, Rashid no se decanta por si el virus escaparía motu proprio por alguna rendija del laboratorio de Wuhan o fuera liberado en esa ciudad o también en otros lugares. No se decanta porque, hacerlo, sería especular sobre algo ajeno al ámbito científico al que pertenece.
Ahora bien ¿Qué querría decir Rashid al mencionar la palabra sistema?
La prensa estadounidense utiliza la expresión Estado Profundo -Deep State- para referirse a esa estructura no oficial con gran influencia en los asuntos de relevancia pública que no responde a nadie. Este estado paralelo forma parte del sistema, al igual que el oficial. A mi entender, Rashid utilizó la palabra de manera neutral.
Ahora bien, si Fauci hubiera actuado en nombre del Estado oficial, la moratoria declarada habría sido puro teatro para establecer una cooperación en tecnologías sensibles y peligrosas con un adversario geopolítico y si lo hubiera hecho en nombre del estado paralelo, subcontratando a un laboratorio de Wuhan el desarrollo de un arma biológica, habría que preguntarse a quién representaba el subcontratista chino, si al Estado oficial o al profundo, en caso de que algo así fuera posible en la República Popular China.
La geopolítica es un rompecabezas con demasiadas piezas difíciles de encajar.
En cualquier caso, hay mucha información que considera al COVID-19 resultado de una cooperación entre los sistemas –de los aparatos oficiales o no- de EE.UU y China en una “investigación quimérica” de contenido biológico.
2.- Las psicosis colectivas pueden ir precedidas de un constructo edificado al margen de la realidad misma. Se trata de una realidad alterada, ejecutada por terceros ajenos al grupo humano afectado. El éxito de esta construcción consiste en lograr que cada persona de un determinado colectivo haga suya esa alteración de la realidad, entrando en el terreno de la alucinación. A partir de ese momento cada persona interpretará los hechos a través de la realidad alterada creada para confundirla.
Las psicosis colectivas son irracionales; de no ser así, no hubiera sucedido que
“En esta pandemia todos los fundamentos científicos se hayan tirado al inodoro” Que “se estén ignorando los aspectos básicos del funcionamiento del sistema humano: La fisiología se ha tirado a la basura; todo el conocimiento sobre virología y enfermedades infecciosas (…); los postulados de Koch”
Instalada la irracionalidad, la psicosis del miedo lleva a buscar fórmulas salvíficas de manera acrítica; para ello es necesario elevar al pódium de los milagros a determinados remedios o instrumentos tecnológicos. El papel de los medios de comunicación vuelve a ser imprescindible.
El rey de estas fórmulas-milagro es el deseado y ansiado test de reacción en cadena de la polimerasa, conocido como RT-PCR. El inventor del mismo en 1.989, el bioquímico y Premio Nobel de Química Kary Mullis, ya advirtiera de que no debería usarse para fines diagnósticos; únicamente cuando algo tuviera una secuencia genética previamente identificada. Entonces, ¿por qué se utilizan para lo que no sirven? –Se pregunta el Dr. Rashid.
“Hay falsos positivos provenientes de (…)” estos “(…) tests inadecuados”
La propia OMS lanzó advertencias con escasa justificación científica: En un comunicado de 24 de Abril, afirmó lo siguiente:
“Actualmente no existe evidencia de que las personas que se han recuperado del Covid-19 y tienen anticuerpos estén protegidas de una segunda infección”
De esta forma, esta agencia de la gobernanza global, lanzó al mundo la sospecha de un rebrote del COVID-19.
Seis días después, jueves 30 de Abril, el médico del Hospital Nacional de Seúl Oh Myoung-don, manifestó en una conferencia de prensa:
“El proceso mediante el cual el Covid-19 produce un nuevo virus se lleva a cabo sólo en las células huésped y no se infiltra en el núcleo. Esto significa que no causa infección crónica ni recurrencia”
El doctor surcoreano explicó que las pruebas de PCR que se utilizan para detectar el Covid-19 tienen “límites técnicos”, es decir, no son del todo fiables y pueden conducir a falsos positivos al considerar como recaída algo que no es. Esto se debe a que las pruebas no son capaces de detectar si un virus está vivo o muerto.
La anterior afirmación estuvo sustentada en los resultados de los cultivos del virus efectuados por el Comité de Control y Prevención de Enfermedades de Corea del Sur, que no encontró virus vivos en los pacientes recuperados.
Mientras el peligro de rebrote manifestado por la OMS se divulgó casi al instante y continúa hasta hoy, la información de los científicos de Corea del Sur no ha corrido la misma suerte ¿Por qué?
A los “límites técnicos” de los PCR, hay que añadir otro más de enorme importancia:
“Hay numerosos estudios que demuestran que si tienes la vacuna de la gripe, especialmente la trivalente, se dará un falso positivo en los tests” Y acaba preguntándose: ¿A saber lo que se le ha inyectado a la gente estos años? La respuesta la daría la bióloga Judy Mikovits al afirmar que la última vacuna de la gripe contenía el virus SARS.
Está misma bióloga llegó a afirmar que las personas vacunadas son más propensas a contraer el virus; quizá por eso, el Dr. Rashid lanzó otra de sus cargas de profundidad en forma de pregunta:
¿Cuántos de los fallecidos fueron vacunados contra la gripe estacional?
Si el Premio Nobel e inventor de los PCR estableció que no se utilizaran para realizar diagnósticos; si el Comité de Control y Prevención de Enfermedades de Corea del Sur ha demostrado los falsos positivos en pacientes recuperados; si el Dr. Rashid informa de la existencia de diversos estudios que denuncian más falsos positivos, esta vez con las personas vacunadas contra la gripe, en especial con la vacuna trivalente; ¿a qué viene este furor por los tests masivos?
Yo mismo he sido testigo de los “límites técnicos” de los tests, a través de la información de una fuente de absoluta confianza: Un médico de una clínica de Madrid se sometió a la prueba del PCR, con resultado de haber pasado el coronavirus; la existencia de los anticuerpos así lo anunciaban. Dos semanas más tarde volvió a hacerse la prueba; el resultado fue que nunca había tenido el COBID-19. No había anticuerpos.
El Dr. Rashid acusa de que se está “inflando la cifra de muertos por COVID-19 al especificar en los certificados de defunción que ésta es la primera causa”
También denuncia que los médicos de EE.UU. “han recibido una carta para mandar a casa a la gente si presentara síntomas y en caso de muerte poner que fue por el COVID-19”
Algo que llama la atención es la similitud de lo que sucede en EE.UU. con lo vivido en España
En relación a sus colegas, el Dr.Rashid agrega:
“Y lo que realmente me molesta es que hay miles, decenas de miles de doctores y científicos ahí afuera que saben que esto es un fraude y no dicen nada, bien porque temen el ostracismo social y ser señalados y difamados socialmente o tienen miedo a perder su licencia (…) Por Dios, esto está cambiando el planeta y todo científico o doctor que sepa que esto es una tapadera tiene que abrir la boca y hablar”.
¿Estará el sistema convirtiendo a los médicos en meros ejecutores de unos procedimientos diseñados en instancias superiores, restringiendo su condición facultativa y apaciguando su espíritu crítico?
Personalmente, este articulista sentiría pavor si fuera así.
Marcelino Lastra Muñiz
FUENTE: https://www.miciudadreal.es/
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